Ya en otras ocasiones te he hablado sobre las protecciones solares usadas en arquitectura, como las pérgolas, velas, toldos, persianas y cenadores de jardín, sin embargo, no me he parado nunca a contarte cuál es mi elemento favorito para las terrazas, las pérgolas bioclimáticas.
Al igual que los demás elementos de control solar para exterior usados en terrazas y jardines, la pérgola bioclimática nos protege del sol y la lluvia, con el aliciente de que, además, podemos regularla, como si fuera una celosía móvil, pero en horizontal.
¡Sigue leyendo para saber cómo funciona y qué beneficios tiene!
Pérgolas bioclimáticas, ¿qué son? ¿cómo funcionan?
Las pérgolas bioclimáticas, como las de la marca DURMI, se parecen a cualquier otra pérgola a simple vista. Tienen la misma estructura de soporte y ofrecen protección frente al sol, lluvia y nieve.
¿Qué las hace diferentes? Su parte superior cubriente, el techo. Esta, está formada por unas lamas orientables o retractiles, que se pueden abrir y cerrar según las necesidades del clima.
Para que te quede claro de manera sencilla, estos son los puntos más valorables de las pérgolas bioclimáticas.
- Diseño moderno y funcional. Están diseñadas para regular el clima interior y aprovechar los elementos naturales del entorno, pero, sin renunciar a su estética.
- Personalización y estética. Al ser pérgolas a medida, permite su total personalización, desde su material de construcción a elementos añadidos como cortinas mosquiteras, cortinas de cristal…, etc.
- Lamas orientables o retractiles. Al abrir o cerrar las lamas, puedes controlar la luz solar o la sombra en el interior de la pérgola.
- Control solar. Por ende, también se regula la incidencia de radiación solar, evitando el sobrecalentamiento en verano y aprovechando el sol en invierno.
- Circulación del aire. Según la colocación de las lamas, es posible aprovechar las corrientes de aire, facilitando la ventilación cruzada. Y al contrario, bloquear el paso del viento frío en invierno.
- Humedad. Al dejar pasar o no el agua de lluvia, conseguimos aprovechar la humedad.
- Eficiencia energética. Muchas de ellas cuentan con un funcionamiento autónomo a través de sensores solares o de un mando a distancia. También se puede programar qué horas del día deseas las lamas abiertas, cerradas o a 45º. De esta manera, se controla la incidencia del sol en la fachada de la vivienda y su poder calorífico, reduciendo el uso de calefacción y refrigeración artificial.
- Sensores de lluvia. De manera adicional pueden incluir sensores de lluvia, de esta manera, aseguramos que nuestro mobiliario de exterior no se moje.
- Recogida de agua de lluvia. Y no solo eso, algunas pérgolas tienen sistemas de recogida y aprovechamiento de agua de lluvia, muy útil para regar el jardín.
- Durabilidad. Suelen estar fabricadas de materiales resistentes y duraderos como el aluminio, el acero y la madera tratada.
Pero lo más importante es que, además de ser bonitas, durables y capaces de crear un espacio confortable en el que disfrutar del exterior de nuestra vivienda, es que son sostenibles.
Al aprovechar los recursos naturales del entorno, reduce el consumo de energía y nuestra factura de electricidad/gas, por lo que su precio, pese a ser más elevado que el de una pérgola convencional, se amortiza en muy poco tiempo.
Sin duda, todo son ventajas en las pérgolas bioclimáticas, un elemento que pese a sus grandes beneficios aún es muy desconocido en España, y tú, ¿lo colocarías?